Por: Eduardo Zaragoza
El crecimiento infinito es insostenible 2/5
Hace unos años, cuando Marvel se encontraba en lo más alto de su éxito (vaya que se ven lejanos esos días), leí en alguna publicación estadounidense que el Capitán América de Chris Evans era un mejor Superman que el Kal-El de Henry Cavill. Ya saben, por la polémica y divisiva propuesta de Zack Snyder, llena de oscuridad, solemnidad, y hasta cierto aire depresivo, cosa que gustó a algunos y a otros, pero para nada. Y en aquel momento me pareció una comparación ridícula, absolutamente carente de sentido, pero con el pasar del tiempo, y ahora en especial, la entiendo bien.
En pleno 2025, cuando la edad dorada del cine de superhéroes ya es historia, DC intenta reiniciar todo su universo cinematográfico, de la mano de James Gunn, quien presenta su visión del último hijo de Krypton, siendo la primera piedra de lo que Warner espera se vuelva una catedral, abigarrada de éxitos. Básicamente, el primer paso del que podría ser un largo y sinuoso camino.
Gunn se especializó en cine de superhéroes cuando irrumpiera en el zeitgeist de la década pasada con sus Guardianes de la Galaxia. Tal sería su éxito (y sus polémicas personales también), que Disney acabó dándole libertad en una trilogía y demás. Por supuesto que DC quería una rebanada del pastel que Marvel se devoraba a bocados gigantes, y aprovechó que Gunn fue echado (temporalmente) de la competencia para darle la responsabilidad de resarcir al Escuadrón Suicida, una de las apuestas que más desastrosos resultados le habían redituado a un ya de por sí golpeado Warner y sus filmes de Detective Comics. Y Gunn se apresuró a hacer una especie de secuela/reinicio del filme que David Ayer no pudiera jamás realizar como él quería; el resultado fue un éxito ante la mayoría de público y crítica, con una cinta que se sentía como una mezcla que incluía una pizca de DC y varias cucharadas de Marvel.
En ese momento, los altos mandos de Warner debían estar felices. En 2017, con el estreno de la hecatombe llamada Liga de la Justicia, el naufragio fue tan grande que el primer señalado, claramente, fue el ahora marginado Joss Whedon quien llegaba con el gigantesco cartel de haber realizado las dos primeras entregas de Los Vengadores. Pero ya todos conocemos la historia, y sabemos que Liga de la Justicia siempre será recordada como una de las peores y más controversiales películas basadas en cómics que se hayan hecho, pero la verdad es que Warner quería erradicar todo lo que pudiera respecto a Zack Snyder y remplazarlo con lo que tanto éxito tenía en ese momento: Marvel. Es por eso que llevaron a Whedon, que le dijeron cómo modificar la cinta, cómo eliminar lo más que pudiera del rastro de Snyder, cómo hacer que DC fuera Marvel.
Ahora, en 2025, Gunn es quien da las órdenes en DC Studios, y por supuesto él mismo se designó como director de Superman (con la venia de Warner, claro), y lo que tenemos, es un Superman salido de Marvel. ¡Bienvenidos a Supermarvel!
Y no, no odio a Marvel, pero sí es terriblemente decepcionante ver que una empresa debe copiar descaradamente a otra, incluso usando a uno de sus pilares, de sus grandes arquitectos, para poder tener éxito. Pero es incluso más decepcionante eso, que la copia sea exitosa.
Superman no es solamente mala, es un ejercicio fílmico risible, carente de toda originalidad, que desde el inicio debe depender del pasado, de la nostalgia, y de fórmulas gastadas para poder levantarse, para intentar salir adelante. No tiene un tema musical propio, sino que vuelve a retomar la clásica composición de John Williams del filme de Richard Donner de 1978. Bien, no es un crimen, pero ¿por qué los largometrajes de Batman de Joel Schumacher, Christopher Nolan y Matt Reeves pueden todos tener una partitura original, diferentes todas entre sí, sin retomar el clásico score de Danny Elfman de 1989? Suena, más que a un homenaje, a un intento de usar la nostalgia y una fórmula comprobada como medio al éxito, y no tratar de hacer algo diferente, a arriesgarse a algo más, porque lo mismo pasa con los créditos, con el inicio de la cinta. Todo es una copia de aquel célebre filme del 78 que consagrara a Christopher Reeve y que se convirtiera en un hito de las adaptaciones de cómics en el cine.
Y no, ese no es el gran problema de Superman, porque lo peor son el guion y la dirección de James Gunn.
El argumento no está mal. Supes está en su tercer año de labores, cuando detiene la invasión de Boravia a Jarhanpur, evitando una guerra, pero causando una enorme tensión internacional, porque muchos opinan que actuó en nombre de Estados Unidos y no en pro de la paz desinteresada. No pude evitar soltar una carcajada. Hacer de policía mundial, meterse donde nadie les llama, es lo más estadounidense que puede haber.
Pero hasta ahí el filme no va mal; el problema es cuando Gunn desarrolla sus ideas, sus conceptos y a los personajes, y ahí el asunto sí se va al diablo. Porque es curioso que David Corenswet haga un muy buen trabajo histriónico, con un Superman, pues como debe ser, bueno y noble. La cosa es que ser bueno y noble no es lo mismo que tener actitudes infantiles, ser excesivamente ingenuo, hasta tonto a ratos. Corenswet hace su parte y le sale bien, pero los diálogos que le da Gunn son malos, la forma en la que ve el mundo está bien, pero cómo actúa en ciertos momentos es de risa absoluta, y sí, esa es culpa de Gunn.
La Lois Lane de Rachel Brosnahan es un personaje irritante al inicio, pero después recompone el camino. Otra vez se cae cuando debe decir y hacer cosas que Gunn imaginó, y por alguna extraña razón siempre debe estar comiendo algo o llevándose algo a la boca, como si no hubiera superado la etapa oral. Pero Brosnahan está bien, lo hace bien, es una actriz competente, simplemente debe sacar agua de las piedras.
Y tenemos a Nicholas Hoult como Alexander Luthor Jr. Un personaje que debe hacerse bien o se vuelve una autoparodia. Y Hoult lo hace bien, bastante bien, cuando está sereno y enfocado, siendo dueño de la situación, confiando en su intelecto y habilidades. Pero claro, siempre hay un pero. Cuando llega el tercer acto, Gunn no sabe qué hacer con el archinémesis del Hombre de Acero, y lo reduce a un niño berrinchudo, incapaz de usar su inteligencia, y lo convierte en un gamer irritado gritándole a un montón de pantallas. De ser un villano con mucho potencial, cae a ser una caricatura de sí mismo, por culpa de nadie más que de Gunn.
La verdad es que me quedo con Nathan Fillion haciéndola de Guy Gardner, un Linterna Verde con un ego enorme. Es un idiota divertido que se siente auténtico, con la ventaja de que tiene poco tiempo en pantalla, al igual que el resto de la Justice Gang. Edi Gathegi está muy bien, es de lo mejor como Mister Terrific, pero tristemente Isabela Merced está muy relegada y es víctima de varios de los horribles encuadres en primerísima persona que tanto le gustan a Gunn mientras el personaje vuela. En serio, son abominables esas tomas.
Pero de verdad que es una lástima que no pueda hablar de spoilers, ya que una decisión de Gunn, con un par de personajes clave convierte a toda la cinta en una experiencia innecesariamente bizarra, propia de la más extraña serie B que haya visto. Cuando llegué a ese momento, no lo podía creer, volví a soltar una carcajada y ya no pude tomar al filme en serio (tampoco es que desde un inicio se pudiera tomar en serio de gran forma), y en ese momento caí en cuenta que la película es tonta y extraña cuando se trata de serlo, pero cuando se pone seria, lo es incluso más, y hasta resulta incómodo en un filme que debería ser todo lo contrario.
Por eso digo que el guion y la dirección de Gunn son lo peor. Porque los efectos visuales están mal (como en la mayoría de las películas de superhéroes), algunas decisiones están mal, la fotografía es en extremo luminosa, tanto que parece más un filme de Michael Bay. La película está acelerada, no se da tiempo a respirar, de hecho a ratos parece que fueran un montón de clips de TikTok pegados y que quieren contar una historia (como lo que pasó con la horrenda Deadpool & Wolverine) y no un largometraje en forma.
Pero cuando perdí toda esperanza fue cuando dos personajes medulares en la trama se aventuran en una misión y Gunn hace una secuencia de acción, con una canción de fondo, y estamos ante un momento sacado de Guardianes de la Galaxia. ¿Está mal? La verdad que no. ¿Es cero original? Pero por supuesto que sí. Y debo aceptarlo; entre los efectos visuales, la canción y que ya sabía que iba a pasar, me aburrió mucho esa escena.
Curiosamente el tercer acto mejora, por la acción, por ciertos momentos que están bien logrados, gracias a Gunn, pero entre un cameo importante, y el final, justo el final, otra vez todo se derrumba y vemos un producto Marvel, siendo más de lo mismo, de lo que tanto hemos visto, que hasta aburrido ya resulta. Y entendí que justo eso quiere DC, Warner y la gran mayoría de la gente; algo nuevo, con nuevos actores, nuevo universo, pero con lo mismo de siempre. La misma temática, los mismos recursos, los mismos chistes, y claro, Warner quiere el mismo éxito que Marvel tuvo. Pensaron que sería mejor copiar lo que ya era exitoso, a crear algo distinto y que también podría ser exitoso. Me parece que fuera de Richard Donner, nadie ha entendido bien a Superman ni lo que representa. Nadie ha sabido llevar al máximo superhéroe de todos de forma satisfactoria a la gran pantalla. No basta ser bueno y noble, también hay que ser inteligente, audaz, intrépido, mostrar liderazgo, y sí, ser desafiado no solo intelectual y físicamente, también moralmente, y en eso, el Superman de Gunn se queda muy corto. La discusión que alguna vez se planteó, sobre si el Capitán América de Chris Evans es mejor Superman, que ahora el Kal-El de David Corenswet, ya carece de sentido, porque ese es el punto, convertir a DC en un nuevo Marvel, copiar la fórmula ganadora, usando a uno de sus grandes pilares y arquitectos para lograrlo, pero lo que Warner y DC no consideraron es que al copiar aquello que fue exitoso al pie de la letra, también van a repetir sus errores, su destino, y su irremediable caída. Que no olviden que la edad dorada del cine de superhéroes ya es historia, y que el crecimiento infinito es insostenible, y nada dura para siempre.
Superman (Warner, DC)
Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, 2025
Director: James Gunn
Elenco: David Corenswet, Rachel Brosnahan y Nicholas Hoult
