Por: Eduardo Zaragoza
La mujer ha de ser dueña 4.5/5
En 1941, en plena Segunda Guerra Mundial, La Mujer Maravilla nació de la mente del psicólogo y escritor William Moulton Marston y el artista Harry G. Peter. 76 años después finalmente la superheroína más famosa e importante de todas protagoniza su propia película, con lo que cumple su cita con la historia y de paso le muestra al mundo que el ser mujer es sinónimo del más grandioso poder.
Sí, ha sido una larga espera, una que no debería haberse demorado tanto, pero quizá éste es el momento justo para que Diana, Princesa de Temiscira reine en las salas de cine alrededor del globo, demostrándole a los tipos que usan mallas y capa cómo debe procurarse la justicia del modo correcto.
La historia es fácil. Diana (Gal Gadot) y el resto de las amazonas han vivido en la pacífica isla de Temiscira durante miles de años, pero un día de 1918 la paz se ve perturbada por la llegada del espía estadounidense Steve Trevor (Chris Pine) a las costas de la isla. En ese momento Diana se percata de que el planeta se encuentra azotado por la peor guerra de la historia hasta el momento, la Primera Guerra Mundial, y nadie se encuentra a salvo de la colosal barbarie. Entonces ella decide acompañar a Trevor para intentar poner fin al conflicto de una vez por todas, pero nada la ha preparado para lo que está a punto de enfrentar: el imparable deseo humano por el caos y la destrucción.
Cuando finalmente llegan al frente, se topan con una inexpugnable serie de trincheras alemanas armadas con ametralladoras de grueso calibre, razón por la cual los aliados no han podido avanzar un solo centímetro en un año. La situación es desesperada y Diana no puede soportarla, así que pone manos a la obra y en cuestión de minutos arrasa con las líneas alemanas. La secuencia es brillante, poderosa y tremendamente emocionante, e incluso recuerda un poco a Rescatando al Soldado Ryan cuando un francotirador germano pone en jaque a los chicos buenos desde lo alto de un campanario. La solución de Diana es brutal y eficiente al 100%, y justo en ese momento todos a su alrededor, testigos de su proeza, se percatan de que no es una simple guerrera; están en presencia de una maravilla viviente. Justo ahí comienza su leyenda.
La directora Patty Jenkins fue elegida para la complicada y enorme tarea que implicaba dirigir el primer largometraje de La Mujer Maravilla, pero afortunadamente logra resolver la ecuación con pericia y nos regala una de las mejores películas del canon de los superhéroes, y la que se ha convertido en el suceso cinematográfico del año. Quizá por el turbulento presente global la importancia de la cinta es más profunda y resuena con mucha mayor fuerza, pero dicho impacto no es obra de la casualidad; Jenkins arma una película inteligente, con críticas al machismo, la intolerancia, la discriminación, la desigualdad, el autoritarismo y la tiranía. El hilo conductor del filme es la búsqueda la justicia mediante el heroísmo a la vieja usanza, pero sin romantizar la situación, aterrizando los sucesos en la oscura realidad de la naturaleza humana. Pero La Mujer Maravilla tiene precisamente esa ventaja, una mujer como protagonista y su nombre es Gal Gadot.
Gadot, una modelo y ex instructora de combate en su natal Israel es la definición de dinamita pura en la película. Cuando apareció en Batman Vs Superman se robó el show y afortunadamente ahora tiene uno exclusivo para brillar al máximo. La actriz se apropia del personaje, proyectando esa muy especial fortaleza femenina, pero también la nobleza, inteligencia, devoción y espíritu inquebrantable, únicos de las mujeres. Es gracias a ella que este filme cuenta con un corazón que late con vida propia, y producto de esta interpretación es que hoy vemos nacer a una nueva superestrella que brillará en todo lo alto del firmamento hollywoodense en los años por venir.
Resaltan muchos factores de la película; la relación entre Diana y Steve, por ejemplo. Es básicamente la misma que sostienen Lois Lane y Superman, sólo que a la inversa, siendo en este caso Steve Trevor el humano enamorado de un ser divino, pero aportando ese factor terrenal y de vulnerabilidad que es ajeno a Diana, añadiendo consistencia y solidez al desenvolvimiento de la historia. La dupla que forman Gadot y Pine es incuestionablemente eficaz, sosteniendo el peso del filme sin problema alguno.
También es de destacar que el escenario sea la Primera Guerra Mundial, porque así Jenkins puede catalizar mucha de la problemática contemporánea a ratos de manera sutil y en otros no tanto, usando los horrores del conflicto para mostrar que esa sed de sangre es atemporal y no conoce límites, y que los tiranos irracionales y autoritarios siempre van a existir. Y muchas películas manejan estos temas, pero aquí el contexto está muy bien manejado, en parte gracias al guión de Allan Heinberg y en parte gracias al talento que Jenkins logra imprimir en cada cuadro.
Mis únicos reproches vienen con la duración, ya que 2 horas y 21 minutos son bastantes, y especialmente en el segundo acto se llega a sentir pesada, y el enfrentamiento final está retacado de CGI en contra de un villano realmente desechable. Estoy consciente de que se trata de una cinta de superhéroes y que debe cumplir con requisitos muy específicos, pero honestamente esa última batalla no escapa de los convencionalismos del género y pasa del terreno cinematográfico al del videojuego en un tris.
Incluso con esos “peros” estamos ante una película muy bien confeccionada, divertida y hermosamente realizada, una que es emotiva y esperanzadora en estos tiempos de poca fe. Cuando la maquinaria hollywoodense está bien engrasada los resultados pueden ser magníficos, y este filme puede presumir ser uno de esos logros. Mujer Maravilla se encuentra entre lo más selecto del cine de superhéroes justo cuando estamos en la era dorada de estas cintas. Pero más allá de su factura el resultado es el que esperábamos; es una película que debía hacer ruido como pocas y merecía un éxito inmediato e incuestionable. Estaba destinada para grandes cosas, para cosas muy importantes, y para lograr eso siempre hay que confiar en la sabiduría y la fuerza de las mujeres, porque ellas son la verdadera fortaleza de este mundo. Gracias a ellas la conclusión de esa larga espera por la mayor heroína de todas en la pantalla grande es una auténtica maravilla.
Wonder Woman (Warner)
Estados Unidos, China, Hong Kong, 2017
Directora: Patty Jenkins
Elenco: Gal Gadot, Chris Pine, Connie Nielsen, Robin Wright, Danny Huston, Lucy Davis y Elena Anaya