Por: Eduardo Zaragoza
El ocaso de los dioses 4/5
Por tercera ocasión llega una aventura de Thor a la pantalla grande y esta vez Marvel pasó de lo loco a lo extremadamente chiflado en un abrir y cerrar de ojos, y hay que estar agradecidos por ello.
La primera cinta del Dios del Trueno, dirigida por Kenneth Branagh fue una de las más peculiares y originales del estudio en su momento. Luego en 2013 vino Un Mundo Oscuro, de la mano de un viejo conocido de Juego de Tronos, Alan Taylor, con resultados agridulces, más negativos que positivos realmente. Desde entonces Marvel se ha vuelto el estándar dorado del éxito en la industria, produciendo un hit tras otro, pero no siempre de mucha calidad, para ser honestos; ahora han encontrado su verdadera esencia: conquistar el terreno de lo absolutamente absurdo y ridículo, y si creen que ese no es el mejor de los cumplidos entonces deben ver Thor: Ragnarok si no lo han hecho.
La historia es extremadamente simple; el Ragnarok (el juicio final en el reino de Asgard) está a nada de suceder y Thor (Chris Hemsworth) quiere evitarlo. Pero en casa su hermano Loki (Tom Hiddleston) hace de las suyas tomando la forma de Odín (Anthony Hopkins) y el Dios del Trueno le cae en la movida. Al obligarlo a encontrar al verdadero Padre de Todo, ambos viajan a la Tierra y se encuentran con el Doctor Stephen Strange (Benedict Cumberbatch), quien les ofrece ayuda a cambio de no causar problemas en nuestro planeta; la situación es que Hela, Diosa de la Muerte (Cate Blanchett) acaba de regresar del exilio y amenaza con reclamar el trono de Asgard, asesinar a todo el que se cruce en su camino y, bueno, hacer las típicas cosas que los políticos hacen. Cuando Thor y Loki se enfrentan a ella por primera vez todo sale mal y los dos terminan en un mundo llamado Sakaar, gobernado por un megalómano tirano conocido como el Gran Maestro (Jeff Goldblum), hombre que organiza un torneo de gladiadores y cuyo peleador estrella es ni más ni menos que el increíble Hulk (Mark Ruffalo). Entonces Thor, forzado a pelear como un esclavo, y despojado de su rubia cabellera, encuentra la manera de escapar y reunir un equipo que incluye a su gigante amigo verde, a Loki, y una Valkiria (Tessa Thompson), con el fin de regresar a Asgard, derrotar a Hela e impedir el Ragnarok.
La cosa es que el filme, dirigido por Taika Waititi, es un festival de risas y situaciones descabelladas como no había habido en el Universo Cinematográfico de Marvel, tal vez a excepción de los Guardianes de la Galaxia. Waititi despoja de toda solemnidad a una historia que no la necesita en absoluto, convirtiendo a Ragnarok en una comedia de situación en el sentido estricto de la palabra. Es un filme excéntrico, absurdo, exageradamente loco y muy hilarante, y es por eso que funciona, porque no se toma en serio ni cuando debe ser sentimental o profunda; Ragnarok vuela alto ya que es muy ligera y sumamente irreverente, irreverente como pocas películas de superhéroes, pero los cómics son increíblemente absurdos, y creo que por eso esta película es genial.
Pero una gran comedia nunca funciona sin un gran elenco y vaya que aquí hay un excepcional. Comenzando con Chris Hemsworth, cuyo perfil cómico es natural, como ya se había visto en Vacaciones y Cazafantasmas, y ahora le dieron rienda suelta para explotarlo. Tom Hiddleston ha estado fantástico desde hace años y con un gran carisma, y en esta cinta no es la excepción, por lo que puedo decir que Loki jamás había sido tan divertido y loco como ahora. Mark Ruffalo es un prodigio y puede hacer prácticamente lo que sea, ¡vamos, es Mark Ruffalo! Además, se nota que Jeff Goldblum se divirtió como niño en el rodaje, y como resultado tenemos al gran actor haciendo lo que mejor sabe hacer: ser él mismo.
El único pero que tengo es el de siempre con las películas de Marvel y sí, se trata del villano que en esta caso es una chica. No es la interpretación de Cate Blanchett, que por supuesto es una actriz de calidad superior, es el hecho de ser otra antagonista desechable, un mero objeto que pueda dar golpes y recibirlos por igual. Es que de verdad podría no haber un villano y las cosas no serían muy distintas, pero yo preferiría que los malos estuvieran mejor delineados y que fueran más trascendentes al largo plazo.
Thor: Ragnarok es la película más loca de Marvel y una de las más auténticas también. Aunque no se puede comparar del todo con el resto de su mismo universo, sí puedo decir que es arriesgada en más de un sentido y se sale con la suya. Una comedia-homenaje a la cultura popular ochentera que tiene explosiones, acción, golpes y CGI por montones no es nada nuevo. Que sea todo lo anterior, además de estúpidamente absurda y divertida y que además funcione gratamente, bueno, eso es algo que no se ve todos los días, y es por eso que estoy agradecido. Te toca mover, DC.
Thor: Ragnarok (Marvel)
Estados Unidos, 2017
Director: Taika Waititi
Elenco: Chris Hemsworth, Tom Hiddleston, Mark Ruffalo, Tessa Thompson, Idris Elba, Karl Urban, Anthony Hopkins, Jeff Goldblum y Cate Blanchett