Por: Eduardo Zaragoza
Cuando los dinosaurios volvieron a dominar la Tierra 4/5
Los clásicos siempre permanecerán intocables, con todo el brillo con el que nacieron; por eso son clásicos. Parque Jurásico de 1993 es uno de los más grandes clásicos de la historia del cine, simple y llanamente. Pero el hecho es que a pesar de tener dos secuelas ninguna le hizo verdadera justicia a la original, lo cual es una verdadera pena.
Así que, bienvenido al ruedo señor Colin Trevorrow, un director que solamente había dirigido el largometraje Safety Not Guaranteed previamente. No necesitamos decir que tenía una tarea realmente complicada con su dinoaventura, pero afortunadamente cumplió, y de gran manera.
Steven Spielberg creó toda una maravilla fílmica con Parque Jurásico por muchas razones, pero quizá la principal sean los dinosaurios. Las bestias prehistóricas eran una auténtica maravilla en la cinta del 93. Eran animales poderosos, cautivadores, aterradores y guiados 100% por su instinto; parecían estar vivos realmente, y eso es lo que Trevorrow pudo lograr con su Mundo Jurásico.
Pero antes de seguir hay que mencionar de qué trata. Pues todos recordamos que el parque original jamás abrió sus puertas por los horribles sucesos que ya conocemos, pero Mundo Jurásico, un parque alternativo situado en la misma Isla Nublar sí se encuentra completamente funcional y recibiendo visitantes desde hace 22 años. Aunque las personas siguen atiborrando el complejo temático hay que hacer cosas nuevas periódicamente para que el entusiasmo no decaiga, y es ahí donde los científicos usan un as bajo sus mangas llamado Indominus Rex, un monstruo híbrido genéticamente diseñado para satisfacer la sed del público por criaturas más grandes, más rápidas, más peligrosas y con más dientes. Si no imaginan que la bestia escapa de su confinamiento y comienza un salvaje baño de sangre, entonces tal vez no hayan visto la primera cinta.
La gerente de operaciones Claire Dearing (Bryce Dallas Howard) rápidamente se ve forzada a pedir la ayuda del ex Infante de Marina Owen Grady (Chris Pratt), un experto en seguridad estructural y domador de Velociraptores, porque Claire tiene dos sobrinos, Gray (Ty Simpkins) y Zach (Nick Robinson), quienes acudieron al parque en el peor momento posible; ellos andan por ahí, solos y a merced de la temible Indominus Rex, y Claire y Owen deben rescatarlos.
Palmas para Trevorrow, quien dirige y coescribe el guión junto con Amanda Silver, Rick Jaffa y Derek Connolly. La historia tiene guiños a la del filme original, como la relación entre hermanos, y aunque los protagonistas humanos no están mal, las verdaderas estrellas deben ser los dinosaurios; Trevorrow lo sabe y no duda en explotar a sus bestias al máximo.
Los raptores se ven espléndidos, el Mosasaurus es una bestia impactante, pero el Indominus Rex es una fuerza de la naturaleza sumamente aterradora y violenta al extremo. No es solamente un súper dinosaurio, es una súper máquina de matar, muy inteligente y despiadada.
Trevorrow hace muchas cosas bien desde el principio. El diseño del parque es soberbio y cuando retumba la legendaria música de John Williams realmente el corazón se acelera y la emoción no se puede contener. Además el director se toma su tiempo y cocina su película con paciencia, con un estilo muy similar al de Spielberg, llevando a la audiencia de la mano a un viaje muy emocionante, agitado y explosivo. No contaré por qué, pero la secuencia final es bestial y sin duda hará que el niño que llevamos dentro salte de gusto al ver el gran espectáculo en pantalla.
Podemos olvidar las otras dos; Jurassic World es la primera secuela que realmente es digna de transitar por la senda que Parque Jurásico pavimentó de manera gloriosa hace más de veinte años. El parque está abierto y si están dudando en arriesgarse a disfrutar de la experiencia, sólo puedo decirles lo siguiente: por favor, arriésguense.
Jurassic World (Legendary)
Estados Unidos, China, 2015
Director: Colin Trevorrow
Elenco: Chris Pratt, Bryce Dallas Howard, Ty Simpkins, Nick Robinson, Vincent D’Onofrio y BD Wong.