Ghost Stories Cover

Por: Eduardo Zaragoza

COLDPLAY

GHOST STORIES (PARLOPHONE / ATLANTIC) 3/5

El amor es la chispa de Ghost Stories, sexto álbum de estudio de Coldplay. Para bien y para mal.

El nuevo trabajo de la que, muy probablemente sea la banda más popular del mundo, es un testamento del poder destructivo del amor. La separación de Chris Martin y Gwyneth Paltrow es el motor detrás de Ghost Stories. Una vez que Martin pierde a su pareja todo se torna oscuro, confuso y doloroso, y la música se convierte en el mejor bálsamo del hombre, transportando con éxito su dolencia al álbum.

Ghost Stories es un trabajo minimalista y sumamente personal, al grado de ser lo más cercano a un disco solista de Martin. Todo el álbum resuena a melancolía y nostalgia. El desahogo del vocalista lleva a Coldplay a firmar una placa que se siente fresca gracias a su tranquilidad y alejamiento de la saturación de sonidos y atmósferas coloridas, sintéticamente optimistas que convirtieron al terrible Mylo Xyloto en un mega éxito mundial.

Al escuchar el LP uno se siente irremediablemente identificado con Martin y su sentir. El corazón roto duele igual aquí que en China y afortunadamente habla un idioma universal: la música.

Con el paso del tiempo, Coldplay ha cambiado, y a pesar de haber tenido tropezones imperdonables (X&Y, Viva la Vida or Death and All His Friends, y el ya citado Mylo Xyloto), la banda ha buscado experimentar y abrir una paleta más amplia de sonidos. Si bien es un grupo netamente pop pretendiendo hacer rock, Coldplay es más que un simple producto desechable, y Ghost Stories es la prueba.

El primer gran acierto es el título, ya que el amor que una vez fue ahora es un fantasma, que no se va del todo y tortura la mente a cada momento. Always in My Head describe perfectamente ese sentimiento, y aunque se siente melosa, no se percibe como una narración ficticia.

True Love trae a la mente el Parachutes de hace 14 años. Con un ritmo apaciguado y llena del falsete de Martin, podría decirse que fue escrita entre lágrimas, y suena como si quisiera cantarse acompañada de las mismas.

Coldplay se mantiene fiel al concepto y no se sale del script con Ink y Oceans, manteniendo la dosis de tristeza y de sollozos de Martin a un nivel deprimente pero aceptable.

Midnight es de lo mejor del disco, con un sonido electrónico y frío que hace sentir que el grupo ha madurado en todos sentidos. O tiene ese piano con rastros de Radiohead y Muse que ha hecho de la balada melancólica un sello característico de Coldplay.

El punto más alto de Ghost Stories está en la bellísima Another’s Arms, con una letra que hace un nudo en la garganta y que junto con los sampleos de Jane Weaver nos muestra el mejor ángulo de Martin y compañía, en una canción íntima pero sumamente dolorosa.

Pero el disco no es perfecto. A Sky Full of Stars sale sobrando, siendo el intento más comercial y barato de Ghost Stories, un álbum que tiende a ser monocromático, sin momentos realmente memorables, y que funciona más como una colección de canciones que a ratos parecen ser sólo Lados B de un proyecto más grande que tal vez pueda venir en el futuro. Pero por el momento los recuerdos, la melancolía y la nostalgia están ahí. Y son fantasmas llenos de dolor.