Hace un rato, Microsoft presentó su nueva consola de videojuegos: La Xbox One. Pero no es solamente una consola para jugar, es un centro multimedia que promete ser el cerebro y corazón del entretenimiento en casa.
La Xbox One es una consola de nueva generación que incorpora nuevas tecnologías de punta, un monstruo que buscará hacerle frente a otro: la PlayStation 4.
El diseño es elegante, completamente en negro y con líneas muy rectas, pero ahí encontramos un pero; no es muy estética, es muy grande y cuadrada. Es una caja, literalmente.
Pero lo importante es lo que puede ofrecer, la fuerza bruta que entrega el aparato, y es bastante, para ser honestos.
Microsoft implanta un chip de ocho núcleos AMD con la muy nueva tecnología Jaguar, con una arquitectura de 64 bits, corriendo a una frecuencia de 1.6 GHz. El procesador va como un rayo, y hace que la consola se sienta sumamente fluida.
La Xbox One además, es 8 veces más potente en los gráficos que la Xbox 360, ya que integra 5000 millones de transistores. 5000 millones es una barbaridad. La memoria también es algo serio; 8 Gigas DDR3 que se basan en un esquema idéntico al de una PC.
La consola tiene WiFi Direct 802.11 a/b/g/n, un puerto Gigabit Ethernet, USB 3.0, HDMI 1.4a y salida S/PDIF.
Uno de los avances más destacables es la inclusión de la plataforma Blu-Ray, para juegos y películas en Full HD, así como para una experiencia más moderna y con más opciones de desarrollo.
En la presentación nos quedaron claras 2 cosas: la Xbox One tiene una multitarea espectacular y muy sencilla, y que el control por voz será básico.
Con un comando se puede encender la consola, se le puede ordenar que reproduzca una película, que abra el navegador de internet, que regrese a un juego y que realice una videollamada con Skype.
Pero también son importantes los juegos (obvio). Se pudieron ver demos de varios juegos, destacando los que presentó Electronic Arts, con avances de FIFA 14, Madden NFL 25, NBA Live 14 y UFC. También vimos algo del Forza Motorsport 5, Quantum Break, y el trailer del esperadísimo Call of Duty: Ghosts.
Pero no todo es miel sobre hojuelas, porque los juegos de Xbox 360 no serán compatibles con la Xbox One, debido a las distintas arquitecturas entre ambas consolas.
Kinect también sufrió un profundo lavado de cara, con un nuevo diseño y funcionalidades mejoradas, como la opción de grabar video a 1080p a 60 cuadros por segundo. Ahora distingue mejor a los jugadores, reconoce sin problemas hasta a 6 personas que quieran jugar y la experiencia de juego es más fluida y natural.
Microsoft también confirmó que no es necesario tener la consola conectada a Internet de manera permanente, lo que significa que se puede jugar sin estar en línea.
Se prometió que se mostrarán más juegos en el E3 de junio próximo, y se anunció que la Xbox One estará disponible a finales de año, tal vez para la temporada navideña, y de precios aún no sabemos nada.
¿Contentos con la Xbox One?