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Por: Eduardo Zaragoza

¡Magazo!   3.5/5

Aquí está una película más de superhéroes que resulta ser una más de Marvel y que sí, es una más que cuenta una historia de origen. Y lo psicodélico apenas está empezando.

La 14ª cinta del Universo Cinematográfico de Marvel (sí, ya van catorce) podría ser la más bizarra de todas las que hemos visto. Básicamente es un viaje extremadamente loco, si saben a lo que me refiero.

Este filme es la historia de Stephen Strange, un neurocirujano que resulta ser Benedict Cumberbatch, sólo para que quede constancia de que es el actor más ocupado del mundo. Pero regresando a la trama tenemos a Strange, un médico ególatra que se cree casi un Dios porque salva vidas y tiene mucho éxito. Aunque el gusta no le dura mucho porque una noche va manejando su Lamborghini Huracán y se distrae revisando un expediente médico y ¡bam!, sufre un tremendo accidente del que alguien sólo podría salir vivo en una película. Y justo eso le pasa al buen doctor, pero sus manos quedan hechas pomada y gracias a eso no puede volver a operar a nadie. Su carrera se ha terminado, no hay rehabilitación que lo pueda ayudar y está en la ruina. Lo último que tiene lo usa para viajar a Katmandú, Nepal, buscando un lugar llamado Kamar-Taj, donde parece que puede hallar un camino para su sanación y total recuperación. Lo que encuentra es una puerta más allá, una que conduce a universos alternos, magia y un poder que él ni siquiera imagino que pudiera existir. Por supuesto que Strange no está listo para este golpe de realidad, pero uno jamás está listo para lo que el destino tiene preparado y así inicia su camino para convertirse en un hechicero y protector de la Tierra.

La cinta de Scott Derrickson, director de El Exorcismo de Emily Rose y Siniestro, tiene buenos efectos visuales, algunos son perturbadores, acción y diversión, pero lo que realmente destaca es la actuación de Benedict Cumberbatch como el héroe titular. Strange es un engreído hijo de perra, pero un genio a final de cuentas. Es Iron Man, pero a diferencia de lo gastado y fastidioso que se ha vuelto el Tony Stark de Robert Downey Jr., Cumberbatch le imprime frescura y vitalidad a lo que sería una película muy mediocre y gris sin la participación del británico. Tener un actor de clase mundial es una gigantesca ventaja; Cumberbatch es el corazón y el alma de Doctor Strange y puede codearse con el resto de Los Vengadores sin ningún problema.

Pero como con casi todas las películas de Marvel hay algunos problemas que simplemente no se pueden ignorar. Sí, adivinaron, tenemos otro filme con El Síndrome Marvel, y eso significa que el villano en turno es lamentable. Mads Mikkelsen interpreta al hechicero Kaecilius y no lo hace mal, simplemente no tiene nada que le permita trabajar, porque al parecer Kevin Feige no tiene interés en darles a los héroes de sus películas antagonistas de categoría, y Mikkelsen no puede hacer milagros, ya que esas cosas no existen. Los villanos de Marvel apestan cada vez más y, como dijera la gente de Screen Junkies, son totalmente desechables, lo que es una pena, ya que desperdiciar a Mikkelsen es una patada en las bolas.

Y no quiero pasar por alto lo falsa que se ve la Capa de Levitación, una reliquia que elige a Strange y que es tan caricaturesca, tan pobremente diseñada y ridícula que parece sacada de Harry Potter. De hecho el Manto de Invisibilidad del mago de Hogwarts lucía mejor. Cuando vean a Strange derramar algunas lágrimas entenderán porque no puedo sentir ninguna clase de respeto por esa cosa.

Pero Doctor Strange funciona, y lo hace de manera más satisfactoria que muchas, muchas otras cintas del estudio que se ha vuelto una máquina de hacer billetes verdes y que bien podría ser el modelo a seguir para el resto de la industria actual. Por eso yo pregunto, ¿existe la famosa fatiga del cine de superhéroes? ¡Por supuesto! Pero mientras la gente siga aplaudiendo, Marvel seguirá cantando, digo, produciendo éxitos como Doctor Strange.

Doctor Strange (Marvel)

Estados Unidos, 2016

Director: Scott Derrickson

Elenco: Benedict Cumberbatch, Chiwetel Ejiofor, Rachel McAdams, Tilda Swinton, Mads Mikkelsen y Benedict Wong.