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Por: Eduardo Zaragoza

Berrinche civil    2/5

Hay una nueva película de Marvel en la que casi aparecen todos Los Vengadores y tienen la consigna de entregar la cinta más espectacular del estudio a la fecha. Además, es la oportunidad de ver a los héroes peleando entre sí después de declararse la guerra, pero ¿qué tanto de lo que promete el filme realmente llega a cumplir?

Capitán América: Civil War comienza con un escuadrón de Vengadores en acción en Lagos, Nigeria. Ahí intentan frustrar una operación terrorista pero al hacerlo hay una explosión que acaba matando a muchas personas, poniendo al equipo en la mira de todos, y todos los señalan como los responsables directos del caos. El incidente se suma a una lista en la que figuran Nueva York, Washington D.C. y Sokovia, y en todos esos sucesos el patrón recurrente es el daño colateral. Las cifras de las víctimas inocentes alcanzan niveles alarmantes, por lo que la ONU ha redactado un documento titulado “Los Acuerdos de Sokovia,” en el que se propone regular la actividad de Los Vengadores mediante un comité especializado para decidir cómo, cuándo y dónde podrán intervenir. Atormentado y llevado por la culpa, Tony Stark (Robert Downey Jr.) está totalmente de acuerdo en firmar el documento, de manera realmente sorpresiva. Por el contrario, Steve Rogers (Chris Evans) no acepta que Los Vengadores tengan una niñera política 24/7, argumentando que si aceptan entregarán toda su libertad y la capacidad de ayudar cuándo sea necesario, sin importar lo que los burócratas opinen. ¡Maldición, creo que el Cap tiene razón! El problema es que Iron Man y algunos otros no opinan lo mismo y comienza a generarse mucha tensión al interior del equipo. Pronto comienzan a dividirse y a formar dos bandos, a favor y en contra de los acuerdos; una facción tiene como líder a Stark y otra a Rogers. Cuando la cosa ya está bien calientita y a punto de explotar, un atentando terrorista que involucra a Bucky Barnes (Sebastian Stan) se convierte en la chispa que detona todo. El Cap se ablanda y su corazón de pollo lo obliga a ayudar a su querido amigo Barnes, fracturando al equipo, colmando la paciencia de Iron Man y llevando a Rogers y sus seguidores a convertirse en forajidos, en criminales. Pero Tony Stark se ofrece a capturarlos para evitar un baño de sangre, sólo que los ahora fugitivos no quieren ser arrestados y deciden pelear, y cuando tienes personas con súper poderes juntas, enfrentándose, la tranquilidad y el recato no son parte de la ecuación, pero las cosas que acaban destruidas sí lo son. Ahí es donde la película realmente se va al diablo.

Entiendo que el cine es un negocio, que el amo y señor es el dinero, y en un afán desmesurado por vender hay que echar mano de cuanto recurso sea posible, y en este caso el recurso es enfrentar a buenos contra buenos, por el morbo y emoción que esto pueda generar. Pero honestamente la separación y subsecuente golpiza entre Vengadores es completamente innecesaria y absurda. Aquí está la razón.

Primero: en la misma cinta se menciona que la labor de Los Vengadores es salvar a tantas personas como sea necesario, porque saben que jamás podrán salvar a todos, y el punto es evitar la destrucción masiva, que las personas puedan seguir con sus vidas normales. Al intentar arrestar al equipo del Cap jamás intentan buscar una salida pacífica, y de inmediato recurren a la violencia, destruyendo en el proceso casi todo el aeropuerto de Leipzig en Alemania. Al parecer ya habían olvidado que los estaban persiguiendo por su gusto recurrente por la destrucción a gran escala y  ¿no querían que las personas siguieran con sus vidas normales? Al parecer eso no aplica para quienes trabajan en ese aeropuerto.

Segundo: Tony Stark renunció a la desenfrenada vida de Playboy que una vez tuvo después de ver lo que las corporaciones y los poderosos podían hacer con sus armas y tecnología. Además él mismo llego a decir que no seguía órdenes de nadie y que no marchaba al paso de otros. ¿Poca retención mental?

Tercero: el Capitán América siempre se ha mantenido fiel a su compromiso de ayudar a los demás, de hacer lo correcto y buscar la justicia ciegamente. Pero puede golpear brutalmente a policías alemanes que quieren arrestar a su gran amigo Bucky, por el hecho de que es un criminal buscado internacionalmente.

Cuarto: no todos los beligerantes parecen pelear por una causa verdadera; se siente como si algunos fueran arrastrados a un conflicto que o no les interesa o no parece afectarles, aunque a todos deba interesarles y les afecte. De hecho el Capitán América y Iron Man literalmente llegan a verse como niños o adolescentes haciendo berrinche, encaprichados por un deseo ridículo que los lleva a guardarse un rencor inexplicable y que no se cristaliza de manera realista. Ni Chris Evans ni Robert Downey Jr. logran actuar de manera satisfactoria y no te hacen creer que haya una enemistad entre ellos. En cierto punto de la película ambos se vuelven antipáticos y su pleito resulta indiferente, por lo que no me importó quién podía ganar o perder.

Quinto: Daniel Brühl es un gran actor, uno que logra un villano muy convincente por largo rato, pero al final un guión deficiente lo devora en segundos. El tratamiento que se le dio es pésimo, como lo ha sido con la gran mayoría de los tipos malos de Marvel. A estas alturas es una vergüenza que solo Red Skull y Loki hayan dado el ancho como antagonistas.

Sexto: Visión, el superhéroe que Paul Bettany logra traer a la vida de grata manera, está brutalmente desperdiciado, relegándolo a un rol de acompañante y desaprovechando el gran poder que tiene el personaje. Una verdadera lástima.

Séptimo: el humor de la cinta es genial en algunos momentos, y en otros llega a ser ridículo y se nota que está metido con calzador. Esa también es la razón por la que Marvel no logra crear secuencias emotivas, y cuando quiere hacerlo el resultado es o sumamente aburrido, o falso, sintético. En ambos casos es de pena ajena.

Octavo: el guión de Christopher Markus y Stephen McFeely es tan malo y tan complaciente, que jugar un videojuego de arcade y ver esta película es exactamente la misma cosa. Las situaciones son poco creíbles (dentro del universo de la cinta), las actitudes de los protagonistas son ridículamente contradictorias y las consecuencias son, bueno, jamás parece haber consecuencias reales en el universo de Marvel.

Después de todo lo anterior podría parecer que odio las producciones del estudio y que la cinta es una pérdida total, pero no es así. Tom Holland es una adición genial como Peter Parker, y cuando aparece como El Hombre Araña  se adueña del personaje al instante. Honestamente me hice fan de este nuevo héroe arácnido, y se roba cada escena en la que aparece. Lo mismo pasa con el genial Paul Rudd y su gran versión de Ant-Man. Hay poco del Hombre Hormiga en el filme pero cada segundo es de lo mejor. Igual sobresale Chadwick Boseman como T’Challa, también conocido como Pantera Negra (sí, el nombre suena como de luchador mexicano y parece un Batman sin capa), pero vaya que el tipo es bueno y vaya que Black Panther pelea espectacularmente; hasta hizo ver mal a algunos héroes ya establecidos en ciertos momentos.

Y sí, me ha gustado el trabajo de Marvel con anterioridad, al punto de que creo que Los Vengadores es una de las mejores cintas que se hayan hecho de superhéroes, pero aquella es una película divertida, espectacular y entrañable, todo gracias al genio de Joss Whedon, un hombre que le imprimió mucha pasión al filme, con su mejor carta, un guión dinámico, con momentos memorables y realmente inteligente. La cumbre de Marvel llegó en 2012 gracias al explosivo argumento de Whedon y a su gran talento, pero eso parece haber sido hace mucho tiempo.

Mi queja hoy en día es que precisamente mientras más exitosas y atascadas de pirotecnia son las películas de Marvel, menos corazón y consistencia tienen. Es un hecho que Civil War será un triunfo descomunal en taquilla, y a la gran mayoría del público le encantará y quedarán extasiados por un filme que es grande por fuera pero minúsculo, insignificante por dentro. Whedon conquistó al mundo con tenacidad e ingenio, y ahora los Russo también serán los reyes de la colina, pero sólo lo lograrán con explosiones y un humor plástico que en su mayoría es muy barato y vulgar. Así se siente esta película, vulgar y banal, fácilmente olvidable, como si jamás hubiera sido tocada por manos humanas. Es triste, porque es un proyecto colosal y es el tipo de cine que en este momento mueve más gente y genera más ganancias, pero lo hace sin ingenio y con una fórmula desgastada al extremo. Lo más triste es que podrían haber logrado el mismo éxito pero con una película inteligente y memorable; ya lo habían hecho en 2012, pero esos tiempos han quedado muy, muy atrás.

Captain America: Civil War (Marvel)

Estados Unidos, 2016

Directores: Joe y Anthony Russo

Elenco: Chris Evans, Robert Downey Jr., Sebastian Stan, Scarlett Johansson, Elizabeth Olsen, Paul Bettany, Anthony Mackie, Jeremy Renner, Paul Rudd, Don Cheadle, Chadwick Boseman, Tom Holland y Daniel Brühl.